¿Especies invasoras son ahora domesticadas?
- U. de A.
- 5 oct 2015
- 4 Min. de lectura
Frente a la polémica que se ha desatado sobre el Decreto 1780 del 9 de septiembre 2015 que declara las especies invasoras como “domesticadas”, docentes e investigadores de la Universidad de Antioquia sientan su voz de alarma por los impactos a nivel social y de biodiversidad que puede acarrear la viabilidad de esta norma en el ámbito nacional.
El Decreto firmado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, da vía libre al cultivo de especies exóticas en diversos sistemas acuáticos, previa aprobación del Ministerio. Declara que las especies introducidas al país son ahora domesticadas argumentando que estas especies, en particular la trucha y la tilapia, se introdujeron hace más de 50 años al país y no existe evidencia científica para demostrar que hayan tenido un impacto negativo en la biodiversidad.
Existe consenso internacional para definir una especie como invasora. Se denomina de esta forma a una especie introducida por factores antrópicos; es decir, ocasionados por la intervención humana y que ocasionan daños a los ecosistemas nativos. Es natural que una especie migre y llegue a un ecosistema nuevo, allí encuentra características físico-químicas del entorno a las cuales deberá adaptarse; así mismo, el ecosistema nativo genera resistencias y hace una oposición natural ante la nueva especie.
El problema radica en la intervención humana, así lo afirma Jenny Leal Flórez, Doctora en Ciencias Naturales e investigadora en Ecología de la Invasión y Recursos Pesqueros, coordinadora del Grupo GISMAC: “No conozco ninguna especie invasora que tenga efectos positivos, llamamos especies invasoras cuando los efectos son negativos, eso está claro a nivel internacional. Si causa problemas es una especie invasora, así lleve días o años, que se use para la acuicultura no significa que sea domesticada”.
¿Cuáles son entonces las evidencias científicas para decir que una especie domesticada ya dejó de ser una especie invasora? Es la pregunta que al igual que la profesora Leal se hacen muchos expertos en el tema: “Uno de los grandes vacíos que preocupa es la falta de investigaciones y argumentos desde la ciencia, para que una especie denominada invasora se catalogue como domesticada”. Precisa Luz Fernanda Jiménez, Doctora en Ciencias Biológicas y coordinadora del grupo de Ictiología desde hace 15 años.
¿Qué impacto genera en la biodiversidad del país la “domesticación” de estas especies? Las especies exóticas que se han introducido al país ocupan un nicho y utilizan los recursos de la diversidad biológica nativa: “La trucha es una especie depredadora que consume básicamente proteína animal, esto genera una presión muy fuerte sobre las especies nativas. La tilapia tiene un comportamiento reproductivo agresivo y compite con otras especies por sitios de desove. Es sorprendente que el Ministerio haya avalado un decreto de tal magnitud, las especies exóticas son un problema que se viene atacando a nivel mundial y que Colombia esté en contravía a esa política es muy preocupante.” Enfatiza la Doctora Jiménez.
Incentivar la pesca es un mecanismo que ayuda a mitigar los impactos que ocasionan estas especies en los ecosistemas, ya que erradicarlas es prácticamente imposible, expertos coinciden en que estas especies están en todas las cuencas a lo largo y ancho del país. Según la doctora Leal, estas especies están naturalizadas y son recurso pesquero, pero al promover el cultivo se aumentan las vías de entrada y por tanto la cantidad de individuos que llegan hasta las cuencas de los ríos y afectan los ecosistemas nativos.
¿Cómo llegaron? La invasión de la tilapia y la trucha en sistemas naturales ha sido el resultado de escape de esas especies en cultivos. Esas especies fueron introducidas al país con fines de cultivo y por mal manejo fueron a dar en las cuencas. “No ha habido un control efectivo por parte de los piscicultores, para que estos ejemplares no se escapen y lleguen a los sistemas naturales. Una vez que estas especies llegan al sistema natural se dispersan porque los ríos son redes que no tienen límites. Aquí entra el concepto de domesticado, si una especie está domesticada, debe estar en condiciones de confinamiento, esa es la principal amenaza que nosotros vemos al declarar domesticadas a estas especies porque estaríamos pensando que el área de cultivo son todos los sistemas acuáticos de la cuenca del Magdalena y el Cauca, entonces no existiría un límite de cuerpos de agua donde estarían introducidas” aclara Jiménez.
Para Fabio Emilio Castaño, candidato a Doctor en Acuicultura e investigador del proyecto Lineamientos de ordenamiento pesquero del Golfo de Urabá es “absolutamente imposible evitar que hayan fugas, existe un decreto el 2424 del 2009 del INCODER, el cual puntualiza las normas de seguridad para evitar escapes en sistemas de cultivo en estanques en tierra. Plantea que todos los cultivos deben realizarse lejos de zonas inundables, si ese decreto se cumpliera deberían cerrarse el 80% de los sistemas acuícolas del país”.
Vladimir Montoya Arango, Doctor en antropología social y cultural, Director del INER refiere: “En Necoclí hubo una invasión de cachamas y eso afectó el lecho de los ríos que fueron sistemáticamente vaciados de las especies naturales. Esto altera la capacidad de las comunidades para acceder a recursos de su medio natural”.
La acuicultura requiere inversión, tecnología e infraestructura, además de tierra y agua: “Existen comunidades de pescadores en Urabá que no tienen tierra. El agua está contaminada, no es posible tenerla en condiciones propicias para un sistema productivo” refiere el Doctor Montoya.
La Dra Leal argumenta que los pescadores sí viven de la tilapia, a pesar de su efecto negativo en los ecosistemas: “No soy amiga de esas especies pero sí soy amiga de los pescadores. Ningún colega desconoce el beneficio económico que están obteniendo esos pescadores pero también los mismos pescadores preferirían tener las especies nativas abundantes, como el bocachico y el bagre”.
Varios medios de comunicación del país han publicado diversas posturas sobre la declaratoria del decreto.











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